Cada día me doy cuenta de que tristemente la sociedad ha evolucionado en determinados aspectos para delante a gran velocidad pero en otros sentidos a involucionado, y en uno de los aspectos que ha involucionado es en el campo en el que yo me muevo y es el de los Asesores, gestores, contables, etc…Lejos de crear una cultura de la reciprocidad y colaboración, o incluso un pacto de no agresión como es el caso de los Asesores Laborales, por el contrario hay unos delirios de grandeza y protagonismo de algunos que hace que a los demás se nos quiten las ganas de que nos asocien a la misma profesión que estos garbanzos negros. Y además las ultimas horneadas que han salido de las Facultades lejos de corregir este mal endémico, se ha agravado ya que además de la arrogancia propia de la juventud, que se suele pasar con el tiempo, se les añade la tontería del elitismo y se han convertidos en (AAA) Asesores Armani Arrogantes.
Se juntan el hambre con las ganas de comer y pretenden hacerse ricos acosta de pelotazos inmobiliarios y de ponerle el pie encima al otro compañero de profesión sin importarle nada y actuando en determinados casos hasta sin escrúpulos.
Para todos ellos va dedicada mi reflexión de hoy: Ningún hombre cabe en la boca de otro. Nadie se come a nadie y les aseguro que quien les habla ya tiene alguna que otra cicatriz de batallas pasadas pero el caparazón bien duro de los embates de la vida. Así que prometo dar guerra mientras me queda aliento. Eso sí solo un aviso a navegantes, aquellos que deis de eso mismo recibiréis… y la vida hace que podáis con todos menos con aquel que os suceda…
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