miércoles, 8 de julio de 2009

A Propósito de la Justicia…

Llevo escuchando desde hace mucho tiempo que en Arona hay corrupción, que si en Adeje, que si Granadilla, que si en San Miguel, que en Guía de Isora, que si en Santa Cruz… que si en Lanzarote, que si en Gran Canaria, que si en Marbella, que si en Madrid, que si en Valencia,… por lo que se ve, el que esté libre de pecado que tire la primera piedra.
Hay noticias todos los días sobre la actuación de los políticos locales y autonómicos. Y sobre las andanzas de nuestros personajes políticos más representativos que están todos los días en prensa. Ríos de tinta corren por nuestras manos en los periódicos… con toda clase de afirmaciones en las que ya en el titular, está escrita la sentencia, al juicio paralelo mediático según el color y la adscripción política del medio de comunicación.
Una cosa es la interpretación de los hechos y otra muy distinta es la información. Que debe ser imparcial y veraz.
Claro está que hay que defender la presunción de inocencia de todos y para todo, hasta que no se demuestre lo contrario, aunque sea pillado infraganti, ya que para eso está el poder judicial. Al que hay que dejar hacer su trabajo y nunca interferir en su labor.
Muchas veces se hacen juicios paralelos en los medios, que hacen muy difícil la labor diaria, desde la policía judicial hasta la actuación del ministerio fiscal y de los jueces.
Dejemos actuar a la justicia, y no neguemos las evidencias, démosle tiempo para que puedan buscar las pruebas periciales, se investiguen los hechos y las acciones de los corruptos. Para que al final todo aquel que la hace la pague en la medida de su grado de implicación, participación y colaboración y que sea juzgado y cumpla con su condena.
De todas maneras debemos ser todos los que debamos convertirnos en los garantes de la transparencia política y de la democracia. Y todo eso es posible con un solo acto y es el de depositar nuestro voto en las urnas cada vez que seamos convocados a ello. Por la opción que mejor nos represente y que cumpla con nuestras expectativas, y si hay que castigarla por no hacer su trabajo, pues el día que se deposita nuestra papeleta se hace esa acción de salud democrática.
Contra la corrupción política hay una receta y es la regeneración política por medio del voto en las urnas, que el político entienda que pasa un examen de su trabajo durante la legislatura anterior cada cuatro años y si no lo ha hecho bien, tendrá los resultados que el pueblo soberano estime oportuno. Si votamos todos, tengamos claro que seremos justos y ecuánimes en nuestra elección. El criterio de muchos hace una mejor selección de todos y para el beneficio de todos, tanto para los políticos como para los ciudadanos.

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